Soñar

Un día ella decidió soplar... y sopló con toda su energía, poniendo su alma en la tarea. Sopló y de su aliento creció un globo, uno de esos con colores brillantes y que vuelan remontando la brisa. Y este globo viajó a través del viento, surcando el aire. Viajó a lugares lejanos que nadie recuerda, que nadie nunca vio, a los que jamás se ha llegado... lugares inexistentes. A su paso fue dibujando mundos y pintando paisajes con colores de látex. Llegó a los confines de su propia tierra imaginaria y más allá todavía. En su papel de dios, creó el bien y el mal, la vida y la muerte... y al final, cuando creía estar en el Olimpo, en el cénit de su universo... llegó la muerte en una aguja portada por un globo más grande... y menos colorido.