martes, 3 de noviembre de 2009

Miedo a la oscuridad



Maldita oscuridad que llegas trayendo contigo esta angustia, este dolor. Que contaminas mi mente con la duda. Entras y lo ocultas todo, no me permites ver nada de lo que podría consolarme... La soledad, traicionera enemiga, me ataca por la espalda. ¿O es simplemente una ilusión?
Ese lugar en mi mente, en el que me gustaba refugiarme... está envuelto en sombras ahora, ya no es un sitio seguro para mí...
Siento como si me hubieran cortado las alas... Solía volar bien lejos cada vez que mi propio mundo estaba demasiado oscuro, pero ahora no puedo alejarme... Me hundo, me consumo poco a poco... El agua está helada y me canso de nadar, mi cuerpo no resiste tanto... Estoy demasiado cansada. Y esas pocas horas en las que siento que me quedo sin aire son cada vez más agobiantes. ¿Será la falta de costumbre? ¿Será que ahora que conozco el blanco ya no puedo soportar el gris? ¿O será simplemente el miedo a perderlo todo?
No lo sé.

Sólo sé que necesito una mano... ¿Dónde está la tuya?

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