martes, 4 de septiembre de 2012

Globo rojo brillante

Hubo una vez, en el tiempo en que comenzaban a nacer las mariposas, un globo. Y este globo rojo brillante podía volar muy alto en el cielo azul. Llamaba tanto la atención y era tan bello verlo en las alturas que, un día, las mariposas le pidieron que les enseñara a volar entre las nubes. El globo, que antes se había sentido triste, solo e inferior, ahora empezó a ganar confianza: se dio cuenta de que él siempre llegaba más arriba que sus alumnas. Comenzó a sentir que las mariposas eran menos que él; ellas eran pequeños insectos y él, un enorme globo. Así dejaron de importarle sus compañeras de vuelo y se concentró en volar cada vez más alto para demostrar su superioridad. Y mientras más subía, más orgulloso se sentía; y mientras más orgulloso se sentía, más se hinchaba; y mientras más se hinchaba, más rápido perdía su color rojo brillante. Hasta que un día notó que ya nadie miraba para arriba, las mariposas se habían olvidado de él. Y el globo sintió envidia porque ella seguían siendo hermosas y la vida ardía en su interior de una forma en la que el helio que lo llenaba jamás ardería.

martes, 21 de agosto de 2012

Génesis

Al fin y al cabo, la verdadera historia de la creación no es tan distinta del Génesis. Sí, el Génesis, el comienzo del Antiguo Testamento en el que tanto creen los católicos.
Y es que al principio, cuando no existía nada (y como no existía nada tampoco había tiempo, ni siquiera vacío, porque no había nada), no había nada excepto un ser, una fuerza, el Eterno, y era eterno porque había existido siempre, era el jamás creado. Y el Eterno también era el único, y todo el que es único se siente muy solo. Por eso es que, en algún momento del tiempo sin tiempo, el Eterno decidió transformarse en creador. De su voluntad nació la luz, y esa luz era el Sol, quien se convirtió en su compañero de soledades. El Creador lo hizo a su imagen y semejanza, le dio todo lo que él tenía, excepto una cosa: la eternidad. El Sol era un dios, era inmortal, pero no era eterno, y hay cosas que sólo la eternidad puede darte.
La cuestión es que juntos decidieron crear un universo en el que existir, un universo que pudiera admirar su existencia, porque todos necesitamos una razón de ser, incluso los todopoderosos. Fue así que nacieron primero las estrellas, completamente hechas de luz, inigualablemente hermosas, pero ellas eran demasiado altivas, demasiado poderosas, demasiado longevas para admirar a dos simples dioses en papel de creadores de vida.
Entonces, ellos imaginaron una vida más frágil, pero para crear una vida tan delicada debía haber un medio en el que existiera. Así comenzaron los intentos de crear planetas, que fueron varios, debo decir. El primero en nacer fue Mercurio: una esfera de roca con un corazón de fuego que debía mantenerlo con vida, porque sólo de la vida puede nacer más vida. Pero resultó que su corazón era demasiado grande y la cubierta de roca no pudo soportarlo. El siguiente planeta fue Plutón, pero su corazón era demasiado pequeño y la roca se congeló.
Con Venus las cosas fueron diferentes: el corazón tenía el tamaño justo y los creadores se sintieron realizados. Sin embargo, hubo otro error garrafal: para hacer crecer a los primeros habitantes de ese planeta, necesitaban darles un elixir que los mantuviera vivos (porque estos seres no podían ser inmortales, debían necesitar un sustento que limitara su existencia). Así surgió la idea de las nubes, nubes que lloverían agua, agua que sería el elixir de la vida. Pero las nubes de Venus no fueron de agua sino de ácido, y eran nubes que jamás abandonaban el cielo. Y Venus murió como sus hermanos; si sabes mirar, aún puedes ver su cadáver alumbrando nuestras noches.
Fue Marte el primero en dar vida, todo parecía haber salido bien con él. Esta vez, los dioses no se habían arriesgado con las nubes sino que habían puesto el agua directamente sobre la tierra. Y nacieron árboles, flores y frutos; aves, mamíferos y reptiles; y también nació el hombre. Marte era casi igual a la Tierra que nosotros conocemos, pero imagina un planeta en el que siempre brilla el sol. Y sucedió lo que tenía que suceder: el agua de Marte se agotó, como todo lo que no tiene un ciclo redondo, y todos sus habitantes murieron de sed.
Los dioses estaban devastados, su deseo de crear una forma de vida que les diera razón de ser estaba fracasando. Así hubo tantos otros intentos fallidos cuyas historias no voy a contarte porque realmente no es necesario. Supongo que sabrás que me refiero a Júpiter, Urano, Neptuno y Saturno.
De todos esos errores nació la Tierra. Era un planeta perfecto, con el corazón del tamaño justo. Las nubes, que ya se sabían indispensables, fueron creadas como era debido. Y llovió por primera vez a una orden del Sol (irónico, ¿no lo crees?), llovió por lo que para nosotros serían miles de años, pero para los dioses eso no significa nada, y la Tierra entera se cubrió de agua. Entonces, el Creador llamó a la roca, y así surgió la tierra firme y crecieron nuestras montañas. Luego fueron naciendo, poco a poco, las primeras plantas, los primeros árboles, las primeras flores. A continuación, aparecieron los animales que se alimentarían de hierva, y luego los que se alimentarían de carne: las aves poblaron el cielo, los peces llenaron el agua, y hubo felinos corriendo por la tierra y reptiles ocultándose entre las rocas. Finalmente, cuando todo estuvo listo, el Creador dio vida a sus seres más preciados: los hombres. Ellos tendrían la razón necesaria para conocer su existencia y alabarlo. Lo que no supo entonces el dios fue que la razón que nos hacía superiores a los demás seres, y por la cual podíamos comprender el mundo, abriría en nuestras almas un vacío imposible de saciar, un vacío que sería la ruina de toda la creación. Pero eso no es importante para nuestra historia.
Cuando los hombres vieron el mundo, lo que más llamó su atención no fue la sensación de éxtasis que producía la presencia de la energía creadora del Eterno, sino el brillo del Sol. Y el Sol se convirtió en su objeto de culto. Este dios, que guardaba cierto rencor al Creador porque él sí era eterno, buscó otra fuente de poder: las almas de los humanos. El Creador no pudo soportarlo, él había dado a luz al mundo y ahora su obra maestra lo ignoraba y, para colmo de males, su compañero buscaba traicionarlo. Por eso, él se le adelantó.
El Eterno tomó polvo de estrellas y la mitad de Plutón, y de esa combinación nació el ser más hermoso que pudiera existir: la Luna. Ella era una diosa, era inmortal y bellísima, pero no era todopoderosa: estaba condenada a cambiar constantemente de forma, siendo muy fuerte por momentos y muy débil por otros. Luego, el Eterno inventó el tiempo: creó los días, que serían dominio del Sol, y las noches, en las que brillaría la Luna.
Había humillado al Sol recortando su poder, pero aún quedaba un problema: el de las almas humanas. Para ello, el Eterno le encargó a la Luna la tarea de cuidarlas hasta el fin de los tiempos. Ella jamás podría usarlas, porque su inestabilidad no se lo permitiría, pero no podía dejar que el Sol las tuviera tampoco porque entonces le daría muerte. La Luna buscó el lugar más seguro que se le pudo ocurrir para guardar su tesoro: eligió a la mujer más bella de todas, la que más se parecía a ella, y la convirtió en una vasija viviente. A continuación, la rodeó de un ejército de mujeres que debían protegerla con su vida y lanzó un hechizo para que el tesoro siempre estuviera atado a un alma de aquel círculo y sus descendientes. Así nacimos nosotras, querida.
Te preguntarás qué ocurrió con el Sol. Bueno, él no tuvo más opción que obedecer lo que el Eterno mandaba, porque, como dije anteriormente, hay poderes que sólo la eternidad puede darte. Sin embargo, se propuso recuperar las almas. Eligió de entre todos los hombres al que más se parecía a él y lo dotó de las habilidades necesarias para encontrar a la Guardiana de la Luna y quitarle su tesoro. Luego, lo rodeó de un ejército de hombres que debería ayudarlo y lanzó un hechizo para que la misión perdurara siempre en ese círculo y sus descendientes. Ese es el origen del Destructor, nuestro mayor enemigo.
Ahora quizás pienses que el Eterno podría haber hecho algo para detener esta guerra, pero es que el dios dio la espalda al mundo luego de crear a la Luna y asegurar el equilibrio del mundo. Finalmente comprendió que, sin importar cuántos seres creara, él siempre sería el único eterno. Él siempre estaría solo. Y volvió a sumergirse en su torbellino de nada, donde no existe vida, ni planetas, ni estrellas, ni luz.

jueves, 16 de agosto de 2012

Mejor sin mí

Y aunque quiera evitarlo, vuelvo a caer...

Me aferro a todo lo que puedo: trabajo, pequeñas esperanzas y satisfacciones tontas... pienso en esas cosas, desesperada, intentando no ver la realidad. Y entonces la encuentro, me golpea con todas sus fuerzas y me va congelando de a poco, desde adentro. Es como si algo creciera en las entrañas de mi alma, como un cáncer que va terminando con mis ganas de vivir (o con mis esperanzas de felicidad). Empiezo a ver que, en realidad, no tengo nada.
Casi nadie me quiere, apenas si tengo un amigo y medio. Una de las personas a las que más adoro se caga en mí y en lo que sea que me pase, ella ya tiene su amiga y no soy yo. Me gusta pensar que soy especial, que hago la diferencia, que soy necesaria... pero llega un momento en que sé que no es cierto, sé que no valgo nada.
Quizá todo estaría mejor, yo estaría mejor sin mí.

jueves, 3 de mayo de 2012

Cuarta carta a un amigo

La verdad ya no creo que entres a mi blog, por ende no vas a ver esta carta (por lo menos hasta dentro de mucho tiempo, cuando te acuerdes que existe un sitio en el que siempre soy yo misma). Quizás no la leas nunca, quizás la leas cuando ya sea demasiado tarde como para solucionar las cosas o, si tenemos suerte, puede que la leas ahora o que, para cuando la veas, ya todo esté bien.

Reconozco que ayer estaba histérica porque había dormido poco y me enojé por una boludez. Se me hubiera pasado a los 10 minutos si no te hubieras enojado vos también. Pero yo considero que cuando las dos partes se enojan ya se puede hablar de una pelea. Y, como sabés, en las peleas yo me pongo en pendeja orgullosa.
Como buena pendeja orgullosa, fui hoy decidida a no dirigirte la palabra y sobrarte cuando pudiera. Admito que estuvo mal, pero vos te fuiste al carajo.
En cuanto al trabajo de Sociología, yo pensaba que íbamos a tener que entregarlo la semana pasada; no sabía que Josefa iba a faltar, por ende lo hice para el jueves. Te dije que me ayudaras en una hora de inglés y me dijiste que estabas demasiado ocupado y que no te rompiera las bolas con eso, te hice caso. Nunca más me preguntaste nada, ni vos ni ningún otro del grupo, así que lo dejé como estaba. Hoy en inglés me puse a terminar una pregunta que no había hecho, vos me viste y no me dijiste nada. Así que disculpame que te diga pero creo que no tenías derecho a tratarme como me trataste. Cambié el tema de la entrevista, sí, porque no teníamos ni una pregunta y no sabía qué poner sobre eso, así que usé el que me pareció más fácil. Si tanto te molestó, me lo podrías haber dicho bien en vez de cuestionarme de esa forma. La verdad es que me re calenté.
Para colmo ahí nomás vino Tadeo a preguntarme con quién hacía la monografía. No te olvides que yo estaba re caliente por lo anterior, por eso dije que lamentablemente con vos y Rosa. No es que lo lamentara de verdad, pero una pendeja orgullosa nunca ignoraría un hecho así después de una pelea y tenía que hacértelo notar, vos te lo tomaste demasiado en serio. Ahora sí, si nuestra relación va a seguir así, la verdad es que prefiero no hacerla con vos porque va a ser para quilombo. Pero el año pasado trabajamos bien juntos y creo que podemos hacerlo de nuevo, depende un  poco de vos también.
Pasando al tema que me terminó de sacar, te fuiste a la mierda con lo del trabajo de Geografía. Lo único que te dije fue que había empezado a hacer unas cosas y vos ya empezaste a decir que no tenía derecho, que me estaba cortando del grupo y haciendo todo por mi cuenta. Primero que nada, ya borré lo que hice, espero que estés feliz. Segundo, vos muchas veces empezás a hacer cosas sin consultar a nadie y nunca se te dijo nada; no era con mala intención, solamente quería ayudar. Por otro lado, tenés que admitir que siempre dejás las cosas para último momento y a veces ni te importan, como con el trabajo de Sociología, así que hay veces que ni ganas de preguntarte nada me dan porque no te quiero molestar, menos si estábamos peleados.


Creo que eso es todo. Si no leíste la tercera carta, hacelo; para mí las cosas no cambiaron.
Bye bye, rubio.

LG

jueves, 26 de abril de 2012

Descartes

Realmente siento pasión al leer las teorías de este filósofo. Quizá era un poco delirante, quizá su idealismo plantea problemas éticos, pero sus ideas tienen una lógica retorcida que me ilumina. 

Descartes fue un noble dedicado a la letras. Escribió en francés y estuvo influenciado por Platón.
Aplicó la duda metódica como forma de llegar a la verdad. Esto quiere decir que dudaba de todo para ver si existía algo seguro.
Primero, duda del conocimiento sensible porque los sentidos pueden engañarte. Luego, comienza a dudar hasta de sus propios pensamientos, llega a pensar que puede existir un demonio que controle su mente y, por ende, ni sus ideas serían algo seguro. Solamente hay una cosa cierta: que él duda.
El primer principio de Descartes, entonces, establece la existencia del hombre como ser pensante. Duda de todo. Si duda, piensa. Si piensa, existe. Dudo, por eso pienso, por eso existo. Dudo, luego existo. 
El segundo principio de Descartes establece la existencia de Dios por dos motivos:

  1. Él tenía la idea de un ser perfecto y superior, pero él era un ser imperfecto e inferior. Creía evidente que ningún ser imperfecto puede "inventar" a un ser perfecto. Es decir que un ser perfecto había puesto en su mente esa idea. Por ende, ese ser perfecto, llamado Dios, debe existir. 
  2. A un ser perfecto no puede faltarle nada, ni siquiera existencia. Para ser perfecto, Dios debe existir. 
Los principios explicados anteriormente son los que verdaderamente me apasionan pero, para no dejar una idea inconclusa, explicaré los dos que faltan. 

El tercer principio de Descartes establece el deductismo (ir de lo universal a lo particular) como único razonamiento válido. Existen sólo algunas ideas innatas: Dios, mundo y hombre. Las demás surgen por deducción de éstas.
El cuarto principio de Descartes (matematismo) establece que la matemática es la única ciencia que mejor expresa el método deductivo. El método hace al fin y no el fin al método. El método matemático es aplicable a cualquier ciencia. 

miércoles, 18 de abril de 2012

La niña y el monstruo

Había una vez
un monstruo que no dormía
porque le tenía
miedo a la luna,
esa luna que brillaba tanto
que lo hacía sentir.

Había una vez
una niña que no dormía
porque estaba enamorada de la luna,
esa luna que brillaba tanto
que la hacía sentir.

Y fue que una vez
se encontraron ambos
y vieron la luna
en los ojos del otro.
El monstruo no sintió miedo,
la niña, tampoco.

domingo, 18 de marzo de 2012

Tercera carta a un amigo

Tuve un ataque de cariño y sentí la necesidad de decirte lo que siento.

Aunque no lo demuestre, sos como el hermano que nunca tuve, es difícil explicar todo lo que significás para mí. Sos mi amigo, mi compañero, mi confidente, mi pareja de baile, a veces incluso mi guía. Un ser asexuado en el que siempre puedo confiar, que me bancó mil veces y me bancaría mil más (creo).
Espero poder estar siempre que me necesites. Podés notar que no te estoy pidiendo que nunca cambies porque la verdad no me importa, yo te voy a bancar igual.
Creo que nunca te lo dije, pero te amo, pelotudo de mierda :)

LG

domingo, 19 de febrero de 2012

Empty

Me preguntas si lloro por él y contesto que sí, y pienso que tal vez es algo bueno. Quizá es bueno llorar, sentir esa angustia. Desde que lo conozco al menos siento algo aparte de ese dolor sin sentido, esa depresión sin razón de ser. Desde que lo conozco soy capaz de llorar. He conocido el amor, el odio y el dolor... y eso es bueno. Porque sentir dolor es mejor que no sentir nada. Porque llorar es mejor que simplemente no sonreír. La soledad es mejor que la mala compañía, aunque sea un cliché.
A veces el dolor es insoportable y solamente me quiero morir, desaparecer en él... es desesperante porque nada lo calma, ni las lágrimas lo ahogan. Pero estar llena de angustia siempre es mejor que estar vacía...




¿Y qué cuando te angustia la presencia del vacío?

domingo, 15 de enero de 2012

Blackbird

Veo las copas de los árboles, siento el viento y sólo quiero dejarme llevar. Subo al techo para estar más cerca del cielo, más lejos de la humanidad. Gente que no sabe nada del aire. Quiero correr, saltar, volar... alejarme de todo y de todos. Volar... hacia la libertad, hacia mi libertad. Volar alejándome del odio y acercándome al amor de lo desconocido, a las sales del mar que curan cualquier herida. Volar por sobre las copas de esos árboles, jugando con ese viento, coqueteando con la luna y los rayos del sol, volviéndome parte del aire que pocos entendemos.



Blackbird singing in the dead of night, take these broken wings and learn to fly. All your life you were only waiting for this moment to be free.
Blackbird fly...
Blackbird-The Beatles

With a little help of my friends

A veces me pregunto si la amistad tiene algún significado. Sé que mi teoría se basa en un cliché pero, ¿no se supone que los verdaderos amigos están en las buenas y en las malas? Un amigo de verdad no se aleja cuando ve una lágrima, la llora por vos. No se asusta cuando siente vibraciones de angustia, te pide que lo dejes sufrirla por vos. No te deja en el suelo cuando una herida no te deja seguir caminando, la sangra por vos si es necesario.

Una de dos: o el mundo está escaso de amigos o mi vida lo está.