domingo, 17 de abril de 2011

Ventana

No puedo concebirme sino como una carga. No creo que nadie me quiera realmente, es decir, ¿qué podrían ver en mí? Nadie disfruta de mi compañía, ¿por qué cualquiera elegiría estar conmigo antes que con cualquier otra persona? Ya me lo han demostrado. Yo soy la última opción, "si no tengo nada mejor que hacer, te llamo", qué tiernas palabras. 
He llegado a pensar que ya estás un poco cansado de mí, que ya no venís a verme por placer sino para complacerme, por compromiso. ¡Cómo te entiendo! Es más que lógico que ya te hayas aburrido, es más, no imagino cómo duraste tanto.
Pero ahora estoy tan sola.. lo cierto es que ya no tengo a nadie, solamente a vos y te estoy perdiendo. ¿Y sabés qué?, no voy a hacer nada para curar mi soledad, no puedo forzar a nadie a querer estar conmigo, no puedo volver a abrirme a nadie para que después me dejen caer. 


Y quizá es cierto lo que me han dicho. Quizá nunca abrí una puerta. Solamente corrí la cortina y dejé que vieran un poco hacia el interior a través de una de mis ventanas, pero siempre manteniendo una prudente distancia, siempre detrás del cristal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario