martes, 17 de mayo de 2011

¿Por qué?

Nos empeñamos en tratar de entender cosas inentendibles, en dar nombre a lo indefinible, en resolver cuestiones sin solución, en recuperar lo que nunca tuvimos (o lo que jamás perdimos), en callar lo incallable, en buscar lo que no existe, en destruir lo que es eterno, en encontrar los límites de lo indefinido, en ir siempre más allá... sin tener en cuenta que en algún momento vamos a volver al punto de partida. No tiene ningún sentido, no tenemos ningún sentido. Nos aferramos a lo que se desvanecerá, dejando apenas el doloroso vacío de la ausencia. Somos tercos, masoquistas, engreídos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario