domingo, 1 de agosto de 2010

La esquina

Tarde domingo de sol, se pronostica soledad. Camino casi sin dirección, buscando un lugar habitable. ¿La plaza? Imposible. No me gasto en ir hasta el parque, sé que será peor. Me detengo en la esquina, en mi esquina, en nuestra esquina. Me siento a pensar en todo, a pensar en nada. El abandono se sienta en frente y esos ojos de hojas verdes son la única razón por la que me pregunto si está vivo, pienso que si no lo está la muerte es demasiado bella. Pronto llega la nostalgia a hacerme compañía, a veces es mejor estar sola. Recuerdo esos días no tan lejanos en que dos cuerpos se encontraban junto a mí, en este mismo lugar. Y ya me cansé de que todo el que pasa me mire como a una cosa rara, me levanto y vuelvo a caminar.


Esperanza.
Desilusión.
Vuelta  la soledad...
Maldito círculo vicioso.

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