Fue un momento mágico, apenas un instante. Yo lo vi y eso fue todo. Fue como si mi mundo desapareciera y, de pronto, supiera exactamente qué sería de mí. Me hipnotizaron sus ojos, me encendió su mirada. Y entonces sólo quise que me mirara a los ojos por siempre y yo perderme en los suyos, y eso sería todo lo que me haría falta. Pero como dije, no fue más que un segundo. Al pestañeo siguiente supe que, una vez que se perdiera entre la multitud porteña, no volvería a verlo. Pronto se convertiría en un recuerdo sin rostro.. o quizá ni eso.
Tears on love.
No hay comentarios:
Publicar un comentario