domingo, 26 de abril de 2009

Espejos

Creo que el error más grande del mundo no es romper un espejo sino reemplazarlo. Una tiene un espejo hermoso, pero, por más bello que sea, se rompe. Entonces, lo primero que hacemos cuando hemos superado el dolor, es reemplazarlo, adquirir uno nuevo, y ponemos en él todas nuestras esperanzas. Pero este nuevo espejo también ha de romperse, abriendo nuevamente una herida que probablemente aún no se había cerrado. Admito también que, sin espejos, mi vida prácticamente no tendría sentido. No sé que haría si no pudiera volar, si no tuviera estas alas que me llevan a donde quiera en segundos.


Pero algo es cierto, si no pudiera volar me ahorraría todo el dolor de la caída.

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